Esto de Castellani:
"Y tampoco se podría saber cierto cómo interpretar la Escritura; porque si todo el Cap. XX del Apokalipsi es “mishdrash”, o sea, puro mito o alegoría ¿por qué no lo será todo el Apokalipsi? ¿Y por qué no toda la Escritura, si vamos a eso? ¿Por qué no la resurrección de Cristo? ¿Por qué no su nacimiento partenogénico? Eso dicen hoy día los “Teólogos” modernistas y protestantes liberales. Dicen que son solamente símbolos o metáforas, no realidades." (Fuente aquí).
Aparte del tema del texto citado, la cuestión que se plantea en este párrafo se me apareció como la gran pregunta, el gran problema teológico, de orden general, que se abría con las tendencias de la exégesis moderna, el método histórico-crítico, etc. Porque muchos compañeros de clase de Teología (de Magisterio, para tener el título de profesor de Religión) se preguntaban con razón ¿por qué dice usted que el paso del Mar Rojo es alegórico, que lo importante no es la verdad histórica, sino el mensaje religioso, y en cambio con la Resurreción y otras cuestiones más concretas del Evangelio se nos pide una aceptación total, como "hechos"? (En realidad el profesor que teníamos posiblemente aceptaría la misma divisón entre verdad histórica - mensaje religioso para la Resurreción, pero no es el caso).
Sé que la respuesta es fácil con Adán y Eva, con la edad de los Patriarcas, con la autoría del Pentateuco. Aunque "es fácil", es decir es aceptado por la tendencia teológica católica en general, sólo desde hace poco, y sólo entre algunos. En los diarios de Bloy se leen furibundas diatribas (a su estilo, vamos) contra "esos sacerdotes que no creen que el Pentateuco lo escribió Moises". Y todavía hoy hay división, con consecuencias disciplinares eclesiásticas. (Dicho sea de paso, el padre Ariel siempre me ha parecido muy razonable en sus planteamientos, y me sorprende esta salida; pero eso merece una entrada distinta en la Taberna).
Vale. Conocemos la teoría de las fuentes, con todo su prestigio científico y fría disección de los textos. Pero ¿dónde se pone la raya? Planteé esto hace meses, pero el párrafo anterior me ha vuelto a dar que pensar. ¿Es posible decir: "en realidad da igual si de hecho Cristo multiplicó los panes, si no que el autor del texto se vale de un hecho –dar de comer a muchos, compartiendo lo que había– para transmitirnos el mensaje religioso de la generosidad, y de la fecundidad de Dios"? Utilizo este ejemplo por ser más difícil y sangrante, ya que no hablamos de las medidas del Arca de Noé, sino de los hechos del propio Cristo. Claro que es posible aceptarlo intelectualmente, y además es un modo de encarar la fe más "cómodo", más asequible a nuestra mentalidad. Pero cuando me pregunto por la posibilidad me refiero a si después de hablar así sigue siendo posible la fe como algo cotidiano, vivible, la fe como un alimento y un don, si no tendremos siempre la sensación de que lo que confesamos y practicamos no es "la fe de nuestros padres que nos fue transmitida" sino lo que nuestra voluntad moldea o elige. Es decir, si pisaremos sobre una tierra firme, o sobre algo informe que cambia según lo reformulemos. Es más una sensación que una objeción, algo incómodo que se instala y que difumina los precisos contornos –como grabados medievales dice Chesterton– que una vez nos atrajeron a la luz de la Fe. Al menos, algo así me sucede.
sábado, 15 de mayo de 2010
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9 comentarios:
Es complicado. Para Kant, lo que el llamaba "fe eclesial" era una especie de envoltorio de la "fe moral pura". Es decir: nada en la religion tiene valor mas que como vehiculo de la moralidad: los milagros, desde luego, pero se podria deducir que incluso la existencia misma de Dios.
Por su parte, los ateos recriminan a los creyentes que esta actitud es tramposa: los cristianos -dicen- creen un monton de chorradas hasta que la ciencia (la historia, por ejemplo) demuestra su falsedad, y entonces dicen que en realidad se trataba de metaforas (casi todo el Genesis, por ejemplo).
Por radicalizar el asunto, dejo una pregunta de ciencia ficcion a modo de experimento: ¿que ocurriria si se encontrara un dia el cuerpo de Cristo? ¿en que creeriamos? ¿seria el fin de la fe o habria alguna otra vuelta de tuerca hermeneutica?
Lo primero que me gustaría comentar es la última pregunta del comentario de Alejandro Martín Navarro. Lo respondería con un razonamiento, pero prefiero hacer mías esas palabras de San Pablo que segurísimo que habéis escuchado:
"Si Cristo no fue resucitado, nuestra predicación ya no contiene nada ni queda nada de lo que creen ustedes. Y ustedes no pueden esperar nada de su fe. Pero no, Cristo resucitó de entre los muertos…" (1Co 15, 14; 17; 20)
La distinción entre alegórico y real reside en un punto fundamental: la metafísica y en concreto la gnoseología. La Sagrada Escritura, como todo libro manifiesta unos hechos, mediante la palabra, la palabra escrita que une lo trascendente con lo concreto y que es símbolo por la arbitrariedad de sus signos lingüísticos. Pero en su contenido, la cuestión sobre su veracidad es que los hecho superen al simbolismo y se conviertan en el mensaje claro de Padre, Hijo y Espíritu Santo. Las sagradas escrituras solo serán aceptadas como válidas en su sentido literal, si se manifiesta como icono vivo. Pero la condición objetiva de las palabras de las sagradas escrituras, que se remiten a unos hechos que deben poseer esa misma condición de expresiones icónicas, pueden poseer un poder tremendo y una realidad inapelable, pero si el hombre no puede ver, no tiene condiciones, nexos transobjetivos para ver, como podrá extraer el mensaje divino de Dios (La solución clásica: Gracia y oración).
Esta es mi opinión, una larga parrafada, pero bueno...
Un Abrazo
No he leído respuesta más cristalina a esta instalada aporía sobre la frontera a fijar para lo alegórico, que la Introducción de Ratzinger_Benedicto a su Jesús de Nazaret. Ahí, el grabado medieval se torna trazo límpido...
Antonio: tus dos primeros parrafos no solucionan el problema. Solo hacen evidente que, PARA TI, la famosa sentencia de San Pablo es LITERAL y que, por tanto, la Resurreccion constituye un elemento irrenunciable de la fe cristiana.
El problema es que, para mucha gente, durante muchos siglos, otras cosas eran igualmente literales y formaban parte de lo irrenunciable de la fe. La mayoria de lo que aparece en el Genesis y en el Exodo, sin ir mas lejos. Y que, a la inversa, es posible que el cristianismo siguiese adelante en un horizonte tal vez para nosotros impensable (como una religion sin inmortalidad, a la manera de los saduceos...), en una enesima metaforizacion de lo que antes era interpretado literalmente.
En cuanto al ultimo parrafo: no alcanzo a ver como la metafisica y la gnoseologia pueden solucionar el problema que se plantea en esta entrada.
Alejandro: el aporte paulino (en la cita puesta sobre el tapete) no pretende ser teo-lógico sino tan sólo lógico. Lo literal o metafórico es aplicable (y por tanto debatible) cuando de contenidos conceptuales se trata: no ante un silogismo. Pablo (tal vez el hombre más inteligente de la antigüedad, como reconocía Nietszche) tan sólo plantea una impecable figura lógica: A se sigue necesariamente de B; si no B, entonces no A. Hay un condicional que justamente despega el debate del orden real para fraguarlo en el orden mental: la certeza o no de la Resurrección de Cristo vendrá por otro lado; lo in-metaforizable es esto: que si no resucitó, la Fe cristiana se desploma entera cual castillo de naipes. Dicho un par de silogismos más arriba de este: Cristo, o es el Hijo de Dios vivo, o es el mayor embaucador que haya conocido la historia. No hay tertium posible. Pues Él dijo ser Dios. Como aseguró resucitar al tercer día.
Claro que esto no resuelve los límites nítidos de la hermenéutica bíblica. Pero creo que valía aclararlo. El culebrón hermenéutico se resuelve (al menos en parte) por la teoría de los géneros literarios. Cualquiera se da cuenta que si le digo a mi amada: te amo hasta el cielo ida y vuelta, no estoy metrificando mi afecto; como que cuando le diga al panadero que quiero kilo y medio de flautitas, entiende bien a qué me refiero. Un texto fuera de contexto es un pretexto... De todos modos, sin Iglesia, o sea, sin Tradición y Magisterio, la Escritura, librada a su ourobórica interpretación muere en su propio intento, pues cae inexorablemente en la petición de principio. El “sola Scriptura” de Lutero es como una empresa sin auditoría externa, librada a ser devorada por su propia corrupción.
Largo (y fascinante) el tema.-
Sí, es incómodo, se instala y difumina, como dices.
Por lo que veo en mis hijos, cuando no tienen algo firme a lo que agarrarse en temas de fe (lo recibido, tradición), tienden a dudar de todo ya que no saben, como dices, poner "la raya"...
Sin embargo también es verdad que esto les hace plantearse de modo más personal su adhesión.
Creo que los teólogos deben seguir ambas fuentes e intentar aproximar sus conclusiones. Los contornos los van poniendo los siglos y la intervención de Dios en la historia de la Iglesia.
En cuanto a la división, pocas cosas hay más dolorosas dentro de la Iglesia.
Gracias por vuestro debate.
Athonita: pero la cuestion no es logica, sino antropologica, por decirlo asi. Lo que yo planteo es que incluso ese caso podria ser interpretado metaforicamente: aceptado el supuesto que planteo, se podria reinterpretar todo, incluso la premisa que tu describes. De manera que Cristo podria haber hablado de una resurreccion espiritual, como comunidad de santos, como espiritu santo en nosotros, como utopia socialista, etc., etc. Si Cristo promete la resurreccion, ¿de que genero literario estamos hablando? ¿sabemos que significa, de antemano, "resurreccion" en boca de Cristo? Etc.
No es nada sencillo. Releere lo de Ratzinger. En todo caso, totalmente de acuerdo con la importancia del Magisterio y la Tradicion. Son nuestro mejor agarre. Tambien para soltarse de el.
(Perdonad que no ponga tildes. Tengo un problema en el ordenador)
Puede interesarte también el capítulo 3 de la "Escatología" de Ratzinger, que acabo de citar en mi blog.
También esto de ETF y otros mensajes de Abel en ese mismo hilo -y en otros del mismo foro.
Gracias Hernán, precisamente vengo de tu blog, e iba a decir aquí que nos citabas.
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