martes, 25 de noviembre de 2008

¿Aún es posible un "arte cristiano"?

Navegando por la blogosfera, encuentro un enlace a una misa oficiada por el Cardenal Schönborn, arzobispo de Viena. Merece la pena verlo. (Para los que no sepan alemán: en el cartel que hay al fondo se puede leer “escribe una petición en la tarjeta y átala al globo).

Pero hay muchos más ejemplos: el engendro metálico de la izquierda, sin ir más lejos, pretende ser un San Juan.

A mí no me escandaliza lo más mínimo que el Cardenal Schönborn sustituya la forma redonda de pan ácimo por el plato de migas extremeñas. Y, desde luego, no se me ocurriría poner en duda ni la piedad ni la noble intención de quienes promueven este tipo de cosas: desde la señora que compró los globos hasta los quinceañeros que ensayaron por las tardes con la batería, el bajo y la guitarra eléctrica.

De hecho, nada de esto es una cuestión moral, sino puramente estética. Y digo “puramente”, y no “meramente”, porque en el rito la estética lo es casi todo. Sin el arte no hay representación, y sin la representación no hay fiesta, y sin fiesta el hombre vive sin dioses, como les ocurre a tantos templos del luteranismo radical, donde la ausencia de imágenes constituye la antesala del nihilismo. Cuidar su estética es tan importante para una religión como velar por su teología, pues las imágenes transmiten tanto como los conceptos, si no más.

¿Qué ocurre ahora? El kitsch y el feísmo, la ordinariez y la decadencia, el pop-art y el eclecticismo... todos los engendros de la cultura de masas se dan cita en la Iglesia para crear un clima estético más propio de una fiesta de cumpleaños china que de una celebración de los Misterios. ¿Qué ha pasado para que la Liturgia y el arte cristiano sientan que deben recoger las sobras de todos los rincones de la subcultura y componer con ellos el decorado de su propia casa? ¿Es que no tiene ella misma algo que decir? ¿Es que no es eso que tiene que decir lo suficientemente grande como para ser motivo de creación, de invención artística, como lo fue para Rafael, para Bach?

Entonces ¿qué pasa? ¿Se trata ahora de añorar y recuperar las viejas formas del arte cristiano? ¿De pintar como Rafael y componer como Bach? En realidad, los intentos de reinvención del arte cristiano en la modernidad –como en el caso de los Nazarenos– solían fracasar porque trataban de actualizar unos cánones que fueron válidos en un momento en que el cristianismo era el fundamento de la cohesión social. Pero ya no lo es. La cuestión es, entonces, ¿cómo debe ser el arte cristiano de la modernidad tardía? La respuesta viene con esta otra pregunta: ¿cómo es la conciencia cristiana de la modernidad tardía? Extraviada, insegura, frágil, posiblemente más necesitada que nunca, pues ya no confía en sus propias fuerzas intelectuales para llegar a Dios. ¿Podría ser también así su arte? Tres ejemplos: el interior de la iglesia octogonal de Egon Eiermann, la Piedad de Kollwitz, el retablo de Lucio Muñoz para el Santuario de Aranzazu.





14 comentarios:

Jesús Beades dijo...

"Cuidar su estética es tan importante para una religión como velar por su teología, pues las imágenes transmiten tanto como los conceptos, si no más".

Muchos pueden ver exagerado ese "tan importante"; Ratzinger, desde hace décadas, viene lamentando el feismo en la Liturgia, y preconizando una "reforma de la reforma litúrgica", que encauce un tanto el panorama actual. La expresión que utiliza es la siguiente: la Iglesia ha de ser, también, la "Casa de la Belleza". Y es evidente que no lo es.

No obstante, Chesterton eligió un cobertizo o garage destartalado para su ceremonia de ingreso en la Iglesia Católica, dice alguno de sus biógrafos que para subrayar que no eran motivos estéticos o sentimentales los que le movían. Y Tolkien, en una carta a su hijo (me parece que Michael), le advertía contra la tentación de dejar enfriar su fe por los inconvenientes estéticos, o por la torpeza del celebrante. De hecho, lo anima, en cierto momento, a ir a Misas "destartaladas". Buscaré la cita exacta, y algo de Huysmanss al respecto, para otro post.

Jesús dijo...

Culto, cultivo, cultura: tres palabras de una misma raíz, que en su ejercicio histórico se dan fuelle entre sí: la fe a la cultura, la cultura a la fe, la fe al trabajo, el trabajo a la fe, la cultura al trabajo, el trabajo a la cultura. En este sentido, siempre que hay culto cristiano fecundo debiera haber cultura cristiana fecunda. Si hay fe siempre es posible un arte cristiano. Pero, ¿hay fe? Y si la hay, ¿cuál es su fecundidad? ¿Dónde están nuestros escritores, pintores, arquitectos, cineastas, coreógrafos cristianos?

Ignacio dijo...

La condición del arte es la belleza; la fe es condición del hombre: bien está que no sea arte sacro; pero los esmanes de hoy dia no tienen que ver con la fe o su carencia, solo con la estupidez.

Alejandro Martín dijo...

Eso es cierto, Jesús, pero dicho por gente como Chesterton o Tolkien, que tuvieron oportunidad de disfrutar de una estética cristiana (y de crearla ellos mismos) antes de decir que la estética no lo es todo. Y ciertamente no lo es: y aún menos en la conversión (al menos si creemos que Dios pinta algo en ésta).

En cuanto a la anécdota de Chesterton: que él eligiera un cobertizo destartalado, una especie de "pesebre" postmoderno, y no una fiesta con globos, muestra, de un modo sutil, qué importante era la estética para él.

Por último: creo que lo más inquietante de todo esto es el hecho de que la Liturgia sienta necesidad de ir a las fiestas de cumpleaños, a las canciones hippies, a los actos oficiales del Día de la Paz, para ir cogiendo, de aquí y de allá, lo que pueda servirle, como una recién llegada que no tuviera ni idea de cómo se hace eso de celebrar. Y lo mismo en las formas artísticas: o tenemos el cristo neobarroco número cuarentayocho millones o el San Juan deconstruido. Lo inquietante es por qué parece tan difícil crear una liturgia y un arte afines a la conciencia religiosa del hombre de nuestro tiempo.

Alejandro Martín dijo...

...Es lo que apunta Suso: la pregunta es "¿hay fe?" Lo primero es aceptar que nuestra fe es distinta de la de Rafael y la de Bach, por seguir con los ejemplos. Y desde esa fe distinta, desvalida, insegura (esto sería tema para otro post) crear un arte distinto.

La otra pregunta de Suso: "¿dónde están...?" Yo di tres ejemplos. ¿Se nos ocurren más? En poesía, seguro. Pongo el primer nombre: J.J. Cabanillas.

Jesús dijo...

Por arte (incluyo todas las artes)cristiano yo entendería aquellas obras que abordan temáticas específicamente cristianas: las de CH.PÉGUY, G.BERNANOS, P.CLAUDEL, SIGRID UNDSET, GERTRUD VON LE FORT, ROUALT, MESSIAEN, GAUDÍ..., por hablar de los artistas que están a nuestras espaldas, en el siglo XX. No incluiría a los autores que, siendo católicos,no abordasen explícitamente tales temáticas. Partiendo de este punto de vista ¿a quién tenemos en nuestros días que se apunten a este club?

Rafael G. Organvídez dijo...

Habría que volver a leer tan sólo el prólogo de "Gloria" de von Balthasar, en concreto el primero de los volúmenes, el titulado "La percepción de la forma". En él hace una acertadísima apología del "pulchrum" que, junto al "bonum" y al "verum" forma una perfecta trilogía de lo que podríamos llamar "Teología estética" o "Estética teológica".
Saludos

Jesús Beades dijo...

Exacto, Rafael. Esa visión de Balthasar precisamente nos ha alentado durante estos años, en encendidas -y nocturnas- conversaciones interminables.

Y ahora me viene otra cita a la cabeza, de Jünger: "basta un epigrama para que se desvele, para que se recomiende un espíritu". Ese epigrama fue el título de tu blog, en cuanto entre en él. Dije: ¡sí, señor! Y me sentí hermanado. Bienvenido.

Jesús dijo...

¿Por que no ponerse bajo la tutela de Balthasar, además de la de Chesterton? Lo que pasa es que, puestos ya en esta dirección, iríamos sumando tutores, claro.

Anónimo dijo...

Bueno yo no soy tan "dada" como los que aquí suscriben pero es una conversación eterna que tengo con mi marido desde los albores de nuestro noviazgo, supongo que por su alma de artista. ¿Es importante la estética de la liturgia? Debería ser importante en el momento que ayude a acercarse al Padre, digo bien, ayude. Es verdad que en un acto religioso, misa, celebración de la palabra o lo que sea, lo que te rodea tanto en el templo, como la música, como las flores, como el mismo presbítero debe ayudarte a acercarte a Dios, pero en la sociedad donde vivimos la mayoria de las veces esto no es así.

En la parroquia de un barrio cualquiera (y lo digo con conocimiento de causa) lo que sobre todo abunda es un grupo de gente desesperado por llevar a Dios a la gente del mismo barrio y para ellos inventan y reinventan la estética: música pop cantada para alabar a Dios, vocabulario, en cierto sentido facilón, para acercarse a la gente joven, murales de cartulina al lado del Sagrario... cosas, exornos, estética que sirve a otros, que AYUDA a otros a acercarse a DIOS.

¿Es mejor la música de Bach? ¿O los cuadros de Raphael? quizá, bueno sí, más bello, más hermoso, pero no podemos decir que sean mejores en la ayuda, en el apoyo.

No sé si me estoy yendo por los cerros de Úbeda, ya dije que no era tan dada, pero creo que el Arte no tiene que ser servil. Hace años en una jornada de arte cristiano el cura pintor que lo daba nos dijo que el Arte que no sirve, no sirve, y no estoy de acuerdo con eso, el arte tiene que ser un fin en si mismo y no un medio para llegar a Dios. Santa Teresa decía que durante años se había sentido como un palo seco en presencia del Señor, que nada le era propicio y aún así no desistió. Lo que en verdad deseamos es "gustito" que te dan ciertos adornos, la música sirve para transportarte, ese relampago de belleza que te hace acercarte a Dios porque te recuerda e Él mismo... pero, aunque el ambiente no te sea propicio, tu Fe es la que tiene, en última instancia, que acercarte al Padre.

Jesús Beades dijo...

Aquí, algo más sobre el tema:

http://exorbe.blogspot.com/2008/11/liturgias-alegres.html

Anónimo dijo...

En este comienzo del Adviento no podía haber descubierto un blog tan prometedor como el vuestro. Desde Germinans os aseguramos seguimiento cumplido de vuestras ideas y propuestas. A mi, personalmente, me interesan las reflexiones y propuestas de vuestra generación en un marco cultural como el andaluz.Pero matizado ( y si es necesario contrapunteado) por gente que parece tiene tanto que decir como Suso Ares o Ignacio. A todos os tomo, desde hoy, como compañeros de un camino hacia el Camino...
Al rectángulo andaluz y al cuadrado gallego le irá bien el triángulo catalán. Pero de todas maneras, no hay plena comprensión de lo hispano sin el circulo castellano. En otro orden de cosas, les paso la dirección a unos amiguetes pillados con todo lo relacionado con Chesterton y Tolkien, y en general con la evolución del catolicismo inglés. Un abrazo. Y a Alejandro una doble felicitación por la iniciativa y por los 32 recién cumplidos. Ad multos annos !

Alejandro Martín dijo...

Hola, Uca. Es inteligente lo que explicas. Pero no estoy del todo de acuerdo con lo que dices al principio. El problema es justamente ese: que se ha extendido la idea de que las canciones pop, los globos y las cartulinas acercan a la gente "humilde" a Dios. Y yo creo que no es así. Al contrario, porque esa estética tiene su sentido propio: los conciertos, los bares de copas, las fiestas de cumpleaños. Al transportarlas a la liturgia, la desvirtuan, hacen que la gente esté disfrutando de un clima estético "no religioso", sino de fin de semana profano. Falta el cubata y el cigarro, vamos. Por otra parte, no entiendo por qué al principio dices que lo importante es que "ayude" a la gente a llegar a Dios, y luego al final dices que "el arte no tiene que ser servil". O lo uno o lo otro. Un besazo, y sigue viniendo por aquí.

Prudentius, cachondo, acabo de cumplir TREINTA años, no 32. Ya bastante tengo con mi tragedia, para que encima me eches dos más. Dicho eso, bienvenido, espero que esto sea el inicio de un largo y fructífero intercambio de ideas. Un abrazo

Anónimo dijo...

Lo que queria decir es precisamente que el arte puede ayudar a determinadas personas a llegar a Dios, puede, pero que esa no es su misión, por eso creo que es compatible la afirmación de que el arte puede ayudar y que este no debe ser servil. Vamos a ver, no creo, o por lo menos no era mi intención decir, que la estética, el exorno o el adorno sea importante para acercarse a DIos, porque no lo creo, en esto radica lo que decía de que el arte no debe ser servil, pero entiendo que a un número determinado de personas, esto le ayude a acercarse a la casa del Padre. A unos Bach le inspira a otros las canciones pop, aún así, vuelvo a lo mismo, el última instancia lo que debe funcionar y debe ser imprescindible es la fe, todo el adorno puede ayudar, pero no es importante.